¿Cómo ayudamos a nuestros alumnos a expresar sus emociones?

La educación emocional es una parte esencial del desarrollo infantil. Desde que nacen, los niños experimentan una gran variedad de emociones, aunque no siempre saben ponerles nombre o expresarlas adecuadamente. En las escuelas infantiles Nemomarlin, consideramos que acompañarlos en este proceso es tan importante como enseñarles a hablar o a caminar.

Enseñar a un niño a identificar, nombrar y compartir lo que siente es un regalo que le acompañará toda la vida.

¿Por qué es importante que los niños expresen sus emociones?

Cuando los niños aprenden a reconocer lo que sienten y a comunicarlo, desarrollan una inteligencia emocional sólida. Esto les permite:

• Gestionar mejor la frustración
• Resolver conflictos de forma pacífica
• Relacionarse de forma empática con los demás
• Tomar decisiones más conscientes
• Sentirse seguros, comprendidos y valorados
• Negar o reprimir las emociones no las hace desaparecer; solo impide que los niños aprendan a canalizarlas de forma saludable.

Nuestro enfoque emocional en Nemomarlin

En Nemomarlin, trabajamos la educación emocional de forma cotidiana, natural y adaptada a la etapa infantil. No se trata de una clase aislada, sino de un acompañamiento diario, donde cada situación —un juego, una disputa, una alegría o un llanto— es una oportunidad para aprender sobre las emociones.

Estrategias que usamos para ayudar a los niños a expresar sus emociones

1. Nombramos lo que sienten

Cuando un niño se frustra, se enfada o se pone triste, le ayudamos a ponerle palabras a lo que le pasa. Por ejemplo:

“Veo que estás enfadado porque no pudiste terminar el dibujo.”

Nombrar la emoción les ayuda a reconocerla, aceptarla y empezar a gestionarla.

2. Validamos todas las emociones

En nuestras aulas, todas las emociones son bienvenidas. No hay emociones “buenas” o “malas”, todas son naturales y tienen una función. Validar significa decir:

“Está bien sentirse triste a veces.”

Eso les da permiso para sentirse humanos y buscar apoyo cuando lo necesitan.

3. Usamos cuentos y juegos emocionales

Los cuentos, las marionetas o los juegos de roles son herramientas muy potentes para trabajar emociones con niños pequeños. Les ayudan a identificar sentimientos, verlos en otros personajes y encontrar soluciones a conflictos emocionales.

4. Creamos espacios seguros de expresión

Nuestros alumnos saben que pueden hablar con su educadora en cualquier momento. Creamos un ambiente de confianza, cariño y atención, donde se sienten escuchados y comprendidos.

5. Enseñamos habilidades sociales y de resolución de conflictos

Cuando hay un conflicto entre compañeros, no imponemos una solución. Facilitamos un espacio para que ambos expresen cómo se han sentido y escuchen el punto de vista del otro. Les guiamos para encontrar juntos una solución justa y respetuosa.

6. Acompañamos sin juzgar

Nunca ridiculizamos ni minimizamos lo que un niño siente. Escuchamos activamente, acompañamos con empatía y les mostramos que es seguro expresar emociones, incluso las más intensas.

La importancia del adulto como modelo emocional

Los niños aprenden por imitación. Por eso, las educadoras Nemomarlin cuidan mucho su forma de expresar emociones, resolver conflictos o gestionar situaciones difíciles. Somos el primer modelo emocional fuera del hogar, y sabemos que nuestras palabras, gestos y reacciones les enseñan tanto como nuestras actividades.

¿Qué pueden hacer las familias en casa?

La relación entre escuela y familia es clave en el desarrollo emocional del niño. Aquí algunas recomendaciones para reforzar este trabajo desde casa:

• Habla con tu hijo sobre lo que siente
• Dale un lenguaje emocional sencillo y claro
• Escucha sin interrumpir ni corregir
• Evita frases como “no llores” o “eso no es para tanto”
• Valida sus emociones aunque no compartas su reacción
• Crea un ambiente de confianza donde se sienta libre de expresarse

Conclusión

Ayudar a los niños a expresar sus emociones es regalarles una herramienta que utilizarán durante toda su vida. En Nemomarlin, creemos que una buena educación emocional es tan importante como cualquier aprendizaje académico. Por eso, cada día en nuestras aulas está lleno de empatía, escucha, comprensión y respeto.

Porque un niño que sabe lo que siente, y se siente seguro para expresarlo, será un adulto más feliz, más libre y más fuerte.