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El impacto del sueño en el comportamiento de los niños pequeños

El impacto del sueño en el comportamiento de los niños pequeños
10 / abril / 2025

¿Notas que tu hijo está más irritable últimamente? Quizá no está descansando lo suficiente. El descanso adecuado es uno de los pilares más importantes para el desarrollo de los niños pequeños. En el entorno de las escuelas infantiles, como las de la red Nemomarlin, se observa a diario cómo la calidad y cantidad de sueño influye directamente en el comportamiento infantil, su capacidad de atención, su estado emocional e incluso en su relación con los demás.

¿Por qué es tan importante el sueño en la infancia?

Durante los primeros años de vida, el cerebro de los niños se encuentra en un proceso de desarrollo acelerado. El sueño infantil no solo permite el descanso físico, sino que también juega un papel fundamental en la consolidación de la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional.

Cuando un niño no duerme lo suficiente o tiene un descanso de baja calidad, su organismo no logra recuperar la energía necesaria, y eso se refleja de forma inmediata en su comportamiento diario.

Comportamientos asociados a la falta de sueño

En las aulas y en casa, es habitual notar ciertos signos que pueden indicar que el niño no está descansando bien. Algunos de los efectos más comunes del mal descanso en niños pequeños son:

  • Irritabilidad y cambios de humor: los niños pueden mostrarse más sensibles o tener reacciones emocionales desproporcionadas.
  • Dificultad para concentrarse: afecta directamente su capacidad para seguir instrucciones o participar en actividades.
  • Mayor impulsividad: pueden tener respuestas impulsivas o comportamientos desafiantes sin razón aparente.
  • Somnolencia diurna: en el caso de niños que ya no hacen siesta, pueden tener bajones de energía a lo largo del día.
  • Menor tolerancia a la frustración: se enfadan con facilidad o se frustran ante pequeñas dificultades.

El sueño como aliado del desarrollo emocional y cognitivo

Un descanso adecuado ayuda a los niños a regular sus emociones, a mantener un mejor estado de ánimo y a estar más receptivos ante nuevas experiencias de aprendizaje. Además, favorece el desarrollo de funciones cognitivas como:

  • La memoria a corto y largo plazo
  • El lenguaje
  • La toma de decisiones
  • La resolución de problemas

En las escuelas infantiles Nemomarlin, se promueve un entorno que respeta los ritmos del niño, incluyendo espacios para la siesta, rutinas relajadas y acompañamiento emocional en todo momento.

¿Cuántas horas debe dormir un niño pequeño?

La cantidad de sueño recomendada varía según la edad. La Academia Americana de Pediatría sugiere:

  • Bebés (4-12 meses): 12 a 16 horas al día (incluyendo siestas)
  • Niños de 1 a 2 años: 11 a 14 horas
  • Niños de 3 a 5 años: 10 a 13 horas

No solo es importante la duración, sino también la calidad del sueño. Dormir en un ambiente tranquilo, oscuro y libre de pantallas ayuda a mejorar el descanso.

Consejos para fomentar hábitos de sueño saludables

Tanto en casa como en el entorno escolar, se pueden establecer rutinas que favorezcan un descanso adecuado. Aquí van algunas recomendaciones:

  • Establece una rutina nocturna. Cenar temprano, un baño relajante y la lectura de un cuento pueden convertirse en señales claras para el cerebro de que es hora de dormir.
  • Evita pantallas antes de dormir. La luz azul de los dispositivos electrónicos interfiere con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
  • Cuida el entorno de descanso. Un dormitorio tranquilo, con temperatura agradable, sin ruidos ni distracciones, es clave para un buen descanso.
  • Respeta los horarios. Dormir y despertar a la misma hora todos los días, incluso en fines de semana, ayuda al cuerpo a regularse.
  • Escucha al niño. Cada niño tiene un ritmo diferente. Algunos necesitan más sueño que otros. Observar su comportamiento diario puede dar pistas valiosas.

El rol de las escuelas infantiles en la rutina del sueño

En Nemomarlin, se entiende que el sueño es tan importante como la alimentación o la actividad física. Por ello, se crean espacios acogedores para la siesta, se respetan los ritmos de cada niño y se colabora estrechamente con las familias para mantener una coherencia entre casa y escuela.
Cuando los niños duermen bien, aprenden mejor, se relacionan con mayor facilidad y disfrutan más de su día a día. La educación infantil debe considerar el sueño como un eje central del bienestar infantil.

Conclusión

Un buen descanso es esencial para el comportamiento infantil, el aprendizaje y el equilibrio emocional. En casa y en las escuelas infantiles, fomentar rutinas saludables de sueño es una de las mejores inversiones que podemos hacer en el bienestar de los niños. Y como en Nemomarlin bien saben: un niño que duerme bien, es un niño feliz.

Si quieres saber cómo acompañamos el descanso de los más pequeños en nuestras aulas, te animamos a visitarnos o hablar con nuestras educadoras

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