Nos referimos a psicomotricidad fina cuando hablamos de la motricidad que permite al niño o la niña hacer movimientos pequeños y muy precisos, especialmente relacionados con las extremidades superiores (brazos, manos y dedos), y en los que es fundamental la coordinación óculo-manual. Podemos deducir por tanto, que es un tipo de motricidad compleja y que requiere de la coordinación de diferentes funciones del sistema neurológico, el sistema muscular y el esquelético.
Desde la Escuela Infantil Nemomarlin Arganzuela nos dan algunas ideas para ayudar a nuestros hijos a mejorar esta psicomotricidad.
Gracias a la psicomotricidad fina los seres humanos podemos realizar actividades tan comunes y habituales como comer, acariciar, coger objetos o escribir. A medida que el bebé o niño/a se va desarrollando, sus movimientos se irán perfeccionando y podrá realizar acciones con una mayor destreza de manera natural. No obstante, podemos hacer un gran número de actividades que pueden estimular, desarrollar y afianzar las habilidades relacionadas con la psicomotricidad fina.
Existen muchas propuestas que favorecen y perfeccionan la psicomotricidad fina así como la pinza digital, lo que a la postre permitirá al alumno/a tener una mayor facilidad en las futuras actividades de grafo motricidad. Algunas de ellas son:
1. Hacer trazos con el dedo índice sobre diferentes materiales: arena, pintura de dedos, harina, etc.
2. Manipular y experimentar con materiales moldeables, como pueden ser las plastilinas, arcillas, masas de sal, etc. creando diferentes formas.
3. Estimular los movimientos de las manos y los dedos con movimientos que acompañan a canciones tales como: “pica, pica pollito” o “incy, wincy spider”.
4. Rasgar, arrugar, doblar y manipular papel de diferentes texturas: papel seda, de periódico, crespón, cartulina, etc.
5. Manipular, apretar y explotar plástico de pompas.
6. Seguir con el dedo índice un trazo predeterminado con cada vez más precisión.
7. Arrastrar con los dedos material moldeable como la plastilina, sobre papel, para una creación plástica.
8. Manipular y/o pasar las hojas de una revista o cuento.
9. Pegar o despegar material como: plastilina, pegatinas, trozos de papel o goma Eva, etc.
10. Repartir cartas o folios a los compañeros, uno a uno.
11. Ensartar diferentes tipos de cuentas en cordones. Ensartar o hacer collares de pasta (macarrones).
12. Sobre espaguetis verticales (se puede utilizar una base de arcilla o plastilina) introducir macarrones por la parte superior hasta completar el espagueti.
13. Subir y bajar cremalleras. Poner o despegar velcros.
14. Desabrochar cordones o hacer nudos/lazos con los mismos.
15. Utilizar materiales adaptados a la edad como punzones o tijeras para perforar o cortar el papel.
En definitiva, se trata de poner al alcance de nuestros niños y niñas, actividades que, a modo de juego, les permitan entrenar e ir perfeccionando sus habilidades manuales.
Silvia Trabas Martin
(Coordinadora pedagógica de La Escuela Nemomarlin Arganzuela)
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